Valencia (4ª de Julio). Un poderoso Juli sale a hombros con autoridad.

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Valencia. 4º de abono. Corrida de toros. Tres cuartos de plaza.
Se han lidiado seis toros de Daniel Ruiz, muy desigualmente presentados. El 3º y el 5º muy anovillados. Mansos en distintos grados, algunos de ellos como el 1º, 2º y 3º tuvieron clase y nobleza pero terminaron parados y acobardados. El 5º y 6º fueron mansos, justos de raza y casta.


Julián López “El Juli”, oreja y oreja tras aviso.
David Fandila “El Fandi”, vuelta tras aviso y silencio.
José María Manzanares, saludos y leves palmas.

Valencia (Esp.).- Tuvo suerte el ganadero manchego Daniel Ruiz al estar en el cartel un torero en toda la extensión de la palabra como es El Juli. Sólo gracias al diestro de Velilla de San Antonio se explica que la gente hoy haya salido de Valencia contenta de la tarde presenciada en el coso levantino, ya que si por los toros hubiese sido, poco habríamos visto.

El Juli volvió a estar soberbio. Poderoso. Pletórico. Entregado. Y todos los calificativos que le quieran atribuir al diestro madrileño, pues de nuevo en Valencia, y van tres tardes, Juli explicó delante de la cara del toro el estado de madurez y crecimiento extraordinario que vive en cada festejo. Cortó dos orejas, uno a cada toro, que pudieron ser tres, y casi nadie las cuestionaría porque de donde no hubo casi material, sacó dos faenas cuasi-científicas. Con el que abrió plaza, toro noble y con clase pero al que los kilos le imposibilitaron lucir más, Juli le hilvanó un trasteo medido, clarividente y maestro. Tandas cortas sobre la diestra pero intensas, de mano baja, suavidad en el manejo de la muleta y sentimiento, que pusieron al público inmediatamente atento a lo que ocurría en el ruedo. Faena que fue creciendo en intensidad sobre todo en redondo, con muletazos largos, suaves y poderosos con regusto a añejo. Sólo bajo la intensidad de la faena y su plasticidad al natural, donde el toro fue menos limpio en su embestida y por ello, descreció el nivel del trasteo. Actuación maestra en la que Juli estuvo siempre por encima de la res. Oreja ganada con esfuerzo y mucha sabiduría. Pero faltaba el cuarto y ahí explotó de nuevo Juli, con su raza y casta. Variado a la verónica en el recibo, calibró muy bien la embestida en los primeros lances. Un toro que se defendió en los primeros instantes de su lidia no tuvo más remedio que sucumbir al poder de Juli. Firmeza en el planteamiento de la faena. Lidiados. Seriedad en su interpretación y mucha paciencia para ir enseñando al toro hasta engañarlo por completo. Cuando esto ocurrió, la faena cogió intensidad y convenció de manera rotunda a todo el público. Exultante el matador por haber logrado sobreponerse a un toro que acabó manseando, falló esta vez con la espada y por ello no logró el doble trofeo, aunque a esas alturas la puerta grande ya estaba abierta.

Al granadino Fandi se le esperaba como agua de mayo con todo su espectáculo lidiador. Con sinceridad y entrega, David tuvo una actuación del gusto del público pero sin prácticamente oponentes. Al segundo lo recibió con una larga de rodillas seguidas de varias verónicas y otras tantas chicuelinas que encandilaron al público. A partir de ahí, creció el torero y con él su actuación. Más emocionante que puro, cuajó un segundo tercio vibrante y eléctrico, para intentar faena de muleta que después, nunca terminó de alzar el vuelo. Con un viento molesto, un toro parado y a la defensiva, lo intentó por ambos pitones sin casi lucimiento. Y otro tanto le ocurrió con el manso quinto. Sólo se lució con más pureza en el segundo tercio y con la muleta nada pudo hacer más que abreviar ante una res que se paró también y le buscó en más de una ocasión.

Completó el cartel Manzanares quien tampoco sorteó un buen lote. Del alicantino solo quedaron para el recuerdo muletazos sueltos por ambos pitones en el anovillado tercero donde se gustó y sintió en último tramo de la muleta dando pases en redondo, pero nunca terminó de convencer. Y con el que cerró plaza firmó un trasteo muy largo y sin contenido ni posibilidad de lucimiento. Su actuación fue un derroche de esfuerzo en busca de un triunfo muy complicado de alcanzar.

Texto: Alfonso Sanfelíu
Imágenes: Paco Ferrís